TOXIC HOLOCAUST: VINI, VIDI….THRASH¡¡
TOXIC HOLOCAUST: VINI, VIDI….THRASH¡¡.- RESURRECTION FEST-VIVEIRO 17/07/2015
Joel Grind es un genio, tal cual; sin más añadiduras u oropeles en los adjetivos que lo definirían. Su único delito, y bendición consagrada para nosotros, fieles seguidores de ritmos recios y afines a las guitarras desbocadas, es que se ha criado en un contexto musical inmejorable, amamantado el metal y sus derivados, en forma de vitaminas indelebles que le han hecho uno de los más fuertes de la escena (sino al tiempo, y así lo atestiguaron sus paisanos de D.R.I con sus loas y reverencias en plena actuación en un lateral del escenario).
Desde su sello de acogida natal- Relapse Records- ha ido pariendo sus episodios musicales de observancia cultural y experiencia vital, asociándose para ello con nombres tan insignes e ilustres de la producción como Jack Endino- excelso productor minimalista y cronista del ruido, famoso por sus discos grunge con grupos como Nirvana, Soundgarden, L7 o Mudhoney, pasando por Blue Cheer, High on Fire, Valient Thorr y un largo compendio de grupos outsiders-,descargando toda la labor de composición sobre sus anchas espaldas, absolutamente toda!!!
Ante tal tarjeta de presentación, y con los ecos de su última obra, “Chemistry of Consciousness” en nuestro subconsciente, el de Portland, acompañado tan solo por dos fieles seguidores a su cruzada, dispuestos servicialmente a la guitarra y batería, abrió el cielo de la encantadora zona de Viveiro en dos, para presentarnos su “Awaken the serpent”, tema perteneciente a su mencionado y último trallazo discográfico. Todo atronaba a nuestro alrededor, pero con un sentido y magia indescriptible, ensamblándose en función de la oscura y certera mente del principal maestro de ceremonias. El sonido era inmejorable, y digno de ser expuesto ante cualquier banda de nuevo cuño que valorará presentar un mínimo de entidad musical en directo. Impresionante e inembargable el describir la intensidad escenificada por solo tres personas; todavía, desde Planet Caravan, nos planteamos incrédulamente, cómo se puede generar algo tan preclaro cercano a la suciedad de Venom y Motörhead pasado por la Turmix de riffs demoledores y deudores de los grupos Thrash del Bay Area. El cuerpo central y desarrollo de su incontestable actuación, recayó principalmente en su mejor obra- desde mi humilde parecer- “An Overdose of death…”, asateando nuestra presencia con pildorazos del calibre de “Nuke the cross” o “Wild Dogs”, los cuales coreamos a pleno pulmón, con el alma reflejada en nuestras cómplices sonrisas de plena satisfacción. Con “Bitch” y “War is hell” la maquinaria desarrollo una marcha más, para deleite de los allí asistentes. La compenetración entre Joel y el resto de la banda es digna de mención, mientras nuestro particular héroe, aporrea con eficiencia y precisión su bajo, sin dejarlo de acompasar con sus incansable rabia juvenil (Joel, físicamente, parece un clon rubio de tez blanquecina rescatado de la escena glam de Poison o Mötley Crüe, pero nada más alejado de la realidad; dicha imagen es desmontada al primer alarido emitido con toda la pasión, intensidad y humildad que le imprime a cada palabra y nota musical). Muchos grupejos de nuevo cuño, deberían, por lo menos, prescribirse una dosis de Toxic Holocaust y su líder, a diario. Nada malo interiorizarán, todo lo contrario.
Señores/as, tras lo vivido en dicha actuación solo nos cabe expresar lo siguiente: eso era y es el Resurrection Fest. Pura comunión orgiástica y ensamble divino de los grupos que actúan con el público, que fielmente acude en masa a cada edición, desarrollando una fraternidad y compadreo que muchos festivales deberían importar e incorporar en su público.
Muchísimas gracias Joel, has venido a salvarnos de tanta mediocridad. Y como no, gracias público del Resurrection y Viveiro. Nos acogisteis como hermanos emigrados, dando sentido peno a nuestros ansiados deseos mitómanos. Un diez a ambos.
Textos & Fotos: Planet Caravan.